La política del terrorismo y el despojo
Durante los dos últimos sexenios, el país ha acelerado el sometimiento político, económico y militar al aparato de gobierno de los Estados Unidos de América.
Desde principios de los años noventa, las élites políticas y económicas de Estados Unidos, aliadas con las de Canadá y México, buscaron establecer las condiciones para un reordenamiento territorial que permitiera ir avanzando en otros espacios y facilitaran el control jurisdiccional sobre territorios de otros países en el continente. Para dicha expansión, en México, una de las principales medidas fue promover modificaciones al artículo 27 Constitucional (1992) permitiendo así que el capital privado transnacional- principalmente estadounidense- penetrara en nuevos campos y espacios antes vedados. Esto se dio durante el mandato del presidente Carlos Salinas de Gortari.
Este proceso se fue intensificando en 1994 con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), convenio que abriría nuevos espacios para “inversiones” de corporaciones en la compra de empresas mexicanas y pudiera permitir la expansión de maquiladoras en todo el territorio nacional a partir de Enero de 1998.
El Tratado de Libre Comercio con América del Norte se blindó (Marzo 2005) mediante un acuerdo de seguridad llamado Alianza para la Seguridad de los Pueblos de América del Norte (ASPAN). Con ello, el Estado Mexicano se comprometía con Estados Unidos y Canadá al incremento del comercio trilateral y al reforzamiento de las fronteras comunes. El verdadero trasfondo de estos tratados y acuerdos es obtener un control más eficiente sobre las reservas energéticas del petróleo y del gas en territorio nacional, así como mayor intervención sobre territorios estratégicos que contienen importantes dotaciones de biodiversidad de todo el continente.
En el año 2001, fue lanzado por el presidente de México de aquel entonces- Vicente Fox Quesada - el Plan Puebla Panamá, proyecto de infraestructura que contemplaba varios corredores como el biológico, el energético y el de transportes (caminos, puertos, aeropuertos). En general todo un proyecto de privatización, explotación de la fuerza de trabajo de los/las pobladores/as y saqueo de recursos naturales. La resistencia de los pueblos no tardó en llegar. La ofensiva que este plan significó contra comunidades indígenas y campesinas provocó su fuerte rechazo.
El Plan Puebla Panamá (PPP) continuó su marcha en silencio y en el año 2006 se incorporó a él Colombia, nación de suma importancia geopolítica que funcionó como país bisagra entre el PPP y el IIRSA. Estas siglas IIRSA significan Integración de la Infraestructura Regional en América del Sur, proyecto que surgió durante la Cumbre de Presidentes de América del Sur (Brasil; 2000).IIRSA se trata de un megaproyecto de dominación de todo el territorio sudamericano a través de la integración de los sectores del transporte, la energía y las telecomunicaciones.
En junio del año 2008 transformación del Plan Puebla Panamá (PPP) en Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica, o Proyecto Mesoamérica.
El Proyecto Mesoamérica se centra principalmente en las siguientes áreas: energía, electricidad, salud, educación, telecomunicaciones, biocombustibles, carreteras y vivienda. Al igual que el TLCAN, viene con un blindaje en forma de programa de seguridad- Iniciativa Mérida.